martes, 18 de mayo de 2010

30º Aniversario de la Muerte de Ian


Ian Curtis nació en Manchester, Inglaterra el 15 de julio de 1956, desde pequeño mostró vocación literaria y fue un ávido lector. Nunca fue el más brillante de la clase debido a su inconformismo, que solían tachar de simple rebeldía adolescente, aunque era obvio que poseía habilidades literarias admirables.

Entre libros de Kafka y discos de The Doors, Ian descubrió el punk rock y quedó simplemente fascinado. Fue precisamente en un concierto de los Sex Pistols, que conoció a Bernard Sumner y Peter Hook, con quienes daría forma a una de las bandas más influyentes en la historia del Rock'n roll: Joy Division.


Poseedor de grandes dotes para la poesía, que estaban inmersos en una personalidad atormentada y llena de miedos, Ian se convirtió en el cantante y rápidamente se transformo en letrista de la agrupación y en todo un icono para sus seguidores. La banda, cuyo nombre hace referencia a un lupanar en donde prisioneras judías eran obligadas a ser esclavas sexuales durante La Segunda Guerra Mundial.



La oscura atmósfera que reinaba no solo en sus letras, sino también en el sonido lento y melancólico de su música fue impregnado por Ian, quien no solo escribía las letras, sino que tenia la habilidad de expresar su desesperación y miedos a trabes de la pluma y exteriorizarlos convertirlos en arte.


Con su enigmática presencia y su voz de ultratumba que Ian era capaz de erizar la piel del público en sus conciertos, y más aún luego de interpretar los tan peculiares pasos de baile que había desarrollado, tan reales que a veces hacia confundir al publico con los reminiscentes ataques de la enfermedad maldita, que, en ocasiones, se manifestaba sobre el escenario.


Admirador de Kafka, J.G Ballard, Burroughs y los poetas malditos franceses, soñaba con su carrera de escritor. Se encerraba en su cuarto y escribía todo el día. Su vida transcurría entre la poesía y el rock.


La fascinación de Curtis por la muerte se había ido acentuando con el paso del tiempo. Su tormentoso matrimonio con Deborah, con quien se había casado a los 19 años, su relación extramatrimonial con la belga Annik Honoré y su desastrosa labor como padre desembocaron en una crisis personal que lo llevó a encerrarse en sí mismo y en sus propias letras.


En esta temporada que Ian pasó en el infierno y con el pecado a flor de piel escribió la magistral “Love Will Tear Us Apart”, en la cual plasmaba todos sus fantasmas, pero el público e incluso su representante tan solo lo veían como arte.


Fue solo Annik, quien tuvo ojos para ver y descifrar esos mensajes que Ian dejaba en todas sus letras, sobre eso que había intentado desde su adolescencia: Morir.



Pero no fue hasta pasado el 18 de Mayo de 1980 que todos comenzaron a buscar estos mensajes, pistas y pensamientos que Ian tenía planeado llevar a cabo, pero ya todo había terminado.


Un dia como hoy, hace 30 años, en una casa en penumbras; Donde La noche reina en el país de sus sueños. Un disco suena suavemente rompiendo el exasperante silencio: The Idiot, de su querido Iggy Pop. Un hombre atormentado, con la horca negra en la mano camina hacia la cocina. Sus pasos son pesados y toscos como plomo. Su mente se encuentra en blanco y no siente miedo en absoluto. Ha llegado la hora. Cuando los tormentos que te han perseguido durante toda la vida se paran altos frente a vos, no es una decisión difícil. No sabe lo que le espera al otro lado y esto consuela al cuervo amante de lo desconocido. El mortal instrumento da una vuelta en su cuello, da el paso final hacia el abismo y las luces se apagan. Ahora habita en el Hades, pero será solo por un tiempo. Asi que esto es es la permanencia, el orgullo destrozado del amor.



Un final maldito, para un exquisito y sublime poeta maldito. Dejando un legado musical inalcanzable y oscuro, que muchos tratan de imitar, pero que jamás podrán igualar.


RIP Ian Curtis, el Último Poeta Maldito.

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